miércoles, 1 de julio de 2009
MAPA DE LOS SONIDOS DE TOKIO CANNES 2.009 por CRISTINA ANDREU
Como complemento a su anterior artículo Cristina Andreu nos envía este documento visual grabado con su cámara casera, que nos muestra la cara no oficial de la presentación de "Mapa de los sonidos de Tokio" en Cannes, entre ellos, la larguísima ovación que recibió la película en su pase de público.
STAR TRECK por PILAR AGUILAR
viernes, 29 de mayo de 2009
MAPA DE LOS SONIDOS DE TOKIO y 33 horas en CANNES por Cristina Andreu
Cuando por la mañana me despierto en el Hotel y abro las cortinas, me sorprendo; ¿me habré equivocado y estoy en Salou?. Voy andando por la Croisette, he quedado con Isabel a las 10h en su hotel. Me digo Cristina, ¡estás en la Croisette!. Cuantos de mis directores favoritos han caminado por este paseo. Hace cuarenta años de los 400 golpes, de Truffaut… El paseo sigue sin parecerme gran cosa, eso sí impresionante el Martínez, impresionante el Carlton, lleno de nieve a pesar del calor que hace, anunciando ya el próximo estreno navideño de Jim Carrey. La playa ahora me parece algo entre Puerto Banús y lo peor de Ibiza.
Llego al hotel, (en que estaría pensando que al principio no reconozco a una japonesa guapísima que se me lanza a los brazos, ¡dios! como si hubiera tantas japonesas tan guapas y cariñosa como Rinko), nos abrazamos muy fuerte, nos queremos mucho .Esta nerviosa y cansada ya que ha interrumpido un rodaje en Tokio para estar en Cannes. Rinko no ha visto la película, le cuento que yo tampoco, Isabel prefería que la viese en Cannes y soy muy obediente. Baja Isabel, también esta un poco nerviosa, se siente extraña en este Festival, sueño de todos los cineastas del mundo, y aunque yo le digo “hija, ya formas parte de la pandilla”, pero no acaba de creerselo. A Sergie López le paran por la calle, los franceses (como siempre), dicen que es un actor francés.
Nos vamos al Mandala una especie de chirigito lujoso de playa. Sientan a Isabel en una gran mesa con veinte periodistas extranjeros de todos los lugares del planeta y media hora después con otros veinte, y a la media hora con otro grupo más Las peguntas son siempre las mismas. La jefa de prensa, cual estricta gobernanta, va dando la señal de salida y cortando al final de cada ronda de entrevistas.
Aparece Jean Claude, el siempre genial director de fotografía de todas las películas de Isabel, y me dice exactamente lo que quiero oír; como ayer se acordó del viaje en el que no llegamos a Cannes…
Salimos hacía el la rueda de prensa. Bajo del coche con Isabel y corro escaleras arriba mientras escucho voces que llaman su atención: ¡Isabel, Isabel!. Luego al llegar el otro coche se repite lo mismo; ¡Rinko…! ¡Sergí…! Lo mismo ocurre en el Photocall ; con cientos de teleobjetivos apuntándoles que les hacen girar de un lado a otro. Empiezo a entender lo que es la verdadera promoción de una película. Luego la rueda de prensa. Muchos periodistas asiáticos contentos que “Mapa de los sonidos de Tokio” se aleje de los estereotipos, y muchas mujeres periodistas satisfechas de la visión femenina de las escenas de sexo. La sensación es que les ha gustado la película.
Otra vez en los coches oficiales y de nuevo al Mandala. Comemos juntos Isabel, Rinko, Sergí, sus resentantes, dos amigos franceses y servidora. Me pido un steak tartar ya que creo que es casi lo único que voy a comer hoy y me parece muy francés. La comida se desarrolla en ingles, francés, español, algo de catalán y muy poco en japonés. Da mucho gusto ver el grado de complicidad entre la directora y sus dos actores, cariño y respeto. Están satisfechos de la película que han hecho juntos.
En menos de una hora vuelta al ruedo; entrevistas y más entrevistas. Cada uno en un cubiculo, supongo que todo tiene su lógica, pero no entiendo porque de vez en cuando cada uno cambia de lugar, en un especie de juego de la silla para adultos. Rinko e Isabel se asoman de vez en cuando con cara de agotadas, eso sí, muy profesionales respondiendo a cada entrevista como si fuera la primera. Sergí en cambio parece estar como siempre, derrochando energía. A las siete y medía parece que han llegado a la meta y campanada final que brindamos con una copa de champagne.
Me voy a mi hotel con tiempo solo de darme una ducha y cambiarme. En el camino para disfrutar de la Croisette voy con cada paso recordando a los directores de cine que tanto admiro y que han pisado el mismo suelo: Welles, Malle, Wilder, Lean, Minelli, Wadja, Fellini, Bergman, Lelouch,Buñuel Antonioni, Costa-Gavras, Altman, Scola, Scorsese, Franco (para ti Ricardo más pasos) los hermanos Taviani y los Coen, Saura, Chabrol, Scholondorff, Kurosawa, Eastwood, Lynch,Kieslowsky, Campion, Tarantino,Leigh,Moretti, Goddard, Rohmer, Resnais, Rosellini. Coixet… se que me quedan muchos más pero ya he llegado a mi hotel, ahora sí, como si estuviera en un nube.
A las 9,30h cita en el hotel, con los productores y los del equipo. También nos acompaña Ángeles González- Sinde la nueva ministra de cultura. Y todos los amigos de Isabel que la seguimos por todos los festivales y a los que nos esta haciendo conocer medio mundo. Camino del Palais, vamos en un coche Makoto (preocupado por si le dejan entrar con su corbata verde),Joan (que no deja de repetir que debemos ir despacio por la alfombra roja ya que es corta y dura muy poco), Alan que no para de hacer fotos, el conductor, muy simpático pero que nos mira indulgentemente, y yo, que no dejo de sudar, bajo el kimono que me trajeron Isabel y Zoe de Japón.
Lo de la alfombra roja es como lo de tirarse por un tobogán, cuando te quieres dar cuenta ya estas abajo. Por fin, empieza la película, las primeras imágenes son impactantes y en seguida, en unos ojos, se ve el dolor más absoluto en un momento irreversible. El sonido te acompaña en todos los estados de ánimo. La película sigue; el mercado de pescado de Tokio, los pequeños restaurantes, las autoescuelas en los tejados, los limones, la noria, la tienda de vinos, los cementerios, el love hotel, las fotos que me hacen tocar las que llevo en el bolso. El dolor, la melancolía, la rabia, la tristeza, el sexo, el amor. El sonido de unas botas sobre lo charcos, el ruido al sorber los tallarines, el sonido de unas risas, el ruido que hace un pistola, el sonido del placer y canciones, “la vie a rose”. Termina la película y sobre los títulos de crédito comienza el sonido de los aplausos, que cambian de ritmo pero duran veinte minutos. Veinte minutos que es lo mínimo que se tarda en reencontrarse con la realidad. No soy crítica de cine y no voy a contar la película pero, estoy absolutamente segura, que en todos los lugares del mundo donde la película se estrene, va contar con un público que se va a dejar llevar por esta hermosa historia de amor, de amores, y por esas interpretaciones tan magníficas de Rinko y Sergie.
Y para la descompresión sushi, mucho bailar y mucho karaoke.
En la foto Rinko Kikuchi, Isabel Coixet y Cristina Andreu en Cannes
Cristina Andreu es autora de "Una mujer bajo la influencia" :
http://lasgafasdecoixet.blogspot.com/2009/05/una-mujer-bajo-la-influencia.html
lunes, 11 de mayo de 2009
DE QUE HABLAMOS CUANDO HABLAMOS DE CINE por Isabel Coixet
En los tiempos confusos en que vivimos, es frecuente que leamos en los periódicos informaciones brumosas basadas en testimonios de dudosa procedencia sobre personas vinculadas a la política. Si no conocemos a esas personas, tendemos a creer a pies juntillas lo que se escribe de ellas en la prensa, se machaca por la radio o se menciona una y otra vez en esas interminables tertulias de televisión donde los tertulianos están tan contentos de haberse conocido. Sin embargo, si conocemos personalmente a la persona de la que hablan y sabemos a ciencia cierta que es mentira lo que se dice de ella, y aun diré más, si conocemos las razones por las que las personas que la denostan se rasgan las vestiduras con una lamentable tendencia a la sobreactuación, nos invade una tremenda perplejidad teñida a partes iguales de indignación y vergüenza ajena.
LLLLL
Si a ello se añade que el sector al que pertenece esa persona forma parte de nuestro paisaje personal, o sea el cine, y que cualquier información que llega sobre ese sector afecta la manera en que el publico nos ve a los cineastas y recibe las películas que hacemos, es lógico que muchos de nosotros nos preguntemos que tiene que ver el culo con las témporas, es decir, que tienen que ver las quejas de un reducido sector de productores (que casualmente son los que más ruido hacen) que llevan años comiendo de la sopa boba produciendo películas destinadas a perpetuar su estatus de permanentes mantenidos de oro a costa del contribuyente (no sólo español, también europeo) con la esencia sagrada de un arte que languidece justamente porque la industria del cine, ahora y aquí, ha olvidado algo tan sencillo como que el cine, es ante todo, riesgo. Riesgo económico. Riesgo personal. Riesgo moral.
No se pueden reducir los debates sobre el cine a un debate sobre una ley de cine, ni podemos seguir dando la imagen (que desgraciadamente a veces corresponde bastante con la realidad) de que cineastas y productores somos un coro de plañideras que vamos de despacho en despacho, con el churumbel en brazos, diciendo al primer payo que nos encontramos: “écheme algo”. En fin, toda esta diatriba viene a cuento por la reciente destitución de Fernando Lara en
Estoy convencida de que Ignasi Guardans (gracias al cual
sábado, 28 de marzo de 2009
LAS GALLEGAS SUBIMOS por Chelo Loureiro
Esta sabiduría antigua nos ha llevado a utilizar un sinfín de términos intermedios para definirnos: puede ser, tal vez, ya se verá, casi… que normalmente desconciertan al receptor si éste no es gallego, pero que nosotros sabemos traducir al instante. Porque solamente los no gallegos son los no se enteran si subimos o bajamos de esa famosa escalera.
A los naturales de Galicia nos basta una mirada de reojo para reconocer las intenciones del escalador, aunque comprendemos que la cosa no es fácil ya que por ejemplo podemos encontrarnos con una amiga que nos dice que está casi embarazada… y, a diferencia de la sorpresa que cause a cualquier oyente en su sano juicio -porque una puede ‘estar’ o ‘no estar’ embarazada, pero difícilmente ‘casi’- nosotras sabemos al instante si debemos darle la enhorabuena o, simplemente, decirle que hace muy bien en no complicarse la vida!
Está claro que la lengua es algo más que una herramienta para expresarnos, es un código que va más allá de unos vocablos y que tan solo podemos interpretar con toda la riqueza de matices los que gozamos de una misma cultura.
Es posible que si alguna de nuestras compañeras de CIMA de otras comunidades asistiese a nuestros primeros encuentros en Galicia, marchase pensando que pocas gallegas se apuntarían a esta asociación. Los temas que se ponían sobre la mesa, las preguntas sin respuesta, lo que costaba ir desde Vigo a una reunión en Coruña, … pero nosotras teníamos la convicción de que era necesaria esta movida. Tan clara como la capacidad de definir lo que queremos, aunque nuestros ‘síes’ o ‘nóes’ resulten ambiguos a nuestros interlocutores. Por eso somos ya 19 las que nos hemos subido a la escalera, y por eso nos hemos convertido ya, como antes lo han hecho las socias catalanas, en una Delegación. Y seguiremos subiendo por ella porque estamos seguras de que harán falta los peldaños para las que vayan llegando.
A pesar de la crisis, a pesar de que en Galicia las distancias dan pereza, a pesar de la multitud de tareas que a todas nos sobrepasan, a pesar de todo, somos conscientes de la importancia de esta asociación para que las profesionales del audiovisual lleguemos a tener la presencia que nos corresponde y, lo que es todavía más importante, para que las pantallas lleguen a exhibir nuestras miradas. Con la seguridad de que tod@s nos enriqueceremos.
lunes, 22 de septiembre de 2008
ESTO ES LA JUNGLA: Notas sobre el proceso de realización de “Un novio para Yasmina”. Por Irene Cardona
Trabajé el guión con Nuria Villazán, amiga y cómplice de ésta y espero que otras aventuras cinematográficas. En la comedia encontramos un medio ágil y elocuente para contar la historia de Yasmina, una estrategia perspicaz para revelar las contradicciones de los personajes, y al mismo tiempo, dar ligereza al tema (también, de forma inconsciente, para desafiar a aquellos que ingenuamente creen que una película sobre una mujer marroquí tiene necesariamente que acabar mal).
¿Por qué no reírnos del caos cotidiano, de la soledad del ser humano? ¿Por qué no rescatar la ternura de nuestros torpes intentos por acercarnos a los demás?
¿Por qué no ser amables, aunque pensemos, como Jorge, que el mundo es un lugar trágico?
El humor, dijo alguien, es la cortesía de los desesperados.
Pero no, yo no me siento desesperada.
Sí me siento bastante frustrada como ciudadana, y más que nada, me sorprende la falta de conciencia generalizada. Por eso me pareció importante poner en escena la vida de unas personas singulares: singulares porque son conscientes de las injusticias del mundo en el que vivimos, y porque, en lugar de lamentarlo en la barra del bar –o aún así- , se ponen manos a la obra, sabiendo que no van a conseguir grandes cambios, pero sí, al menos, que mejorarán la vida de los que tienen cerca (y de paso, tal vez, encuentren sentido a la suya).
Mari: “Esto es la jungla, Lola, la jungla” (sobre el rodaje y la postproducción)
El rodaje tuvo lugar en Extremadura en el mes de agosto de 2007 y fue una aventura irrepetible; fue duro y hermoso, como siempre.
Cada día me presentaba en el set como si hubiera descansado la noche anterior, dispuesta a rodar cada plano como si fuese el más importante de la película, a creer en los personajes, a revelar sus secretos, ocultos en la jungla del rodaje, y, aunque no siempre era posible, sin perder el sentido del humor.
“Aquí todos somos inmigrantes. - dijo el director de foto a su ayudante, parodiando una línea del guión- ¡Yo de México y tú de Logroño!”.
Y así, gracias al impagable esfuerzo del equipo técnico y a los desvelos del productor –Francisco Espada-, llegamos al mes de septiembre, exhaustos, pero enteros, y con la peli en el disco duro. Ahora solo quedaba “reencontrarla” en el montaje.
Alfredo: “La desconfianza es una debilidad de carácter” (después del estreno)
A Sanâa Alaoui, José Luis García Pérez, Maria Luisa Borruel, Francisco Olmo… y todos los actores y actrices de Un novio para Yasmina, les agradezco su capacidad para confiar y su talento para mostrar su fragilidad, su sentido del humor, su ironía y sus temores y regalárselos a Jorge, Alfredo, Lola, Yasmina, Mari, Javi, Abdel… personajes que me han acompañado durante muchos meses y que ahora siento alejarse a gran velocidad. El día del estreno de la película, a comienzos del mes de julio, comenzaban ¡por fin!, su vida sin mí. Fue una sensación extraña, pero, no puedo negarlo, también un alivio. Un novio para Yasmina ya no me necesita, ya no me pertenece (bueno, no sé qué porcentaje parece que es irrenunciable), pero no me deja vacía, ni mucho menos.
Me quedo con el regalo que me hacen los que, con sus comentarios sobre la película y el brillo de sus ojos, me demuestran que este insensato empeño por reconstruir en la pantalla un mundo paralelo, tan absurdo o divertido como el real, sigue teniendo sentido. Seguiremos intentándolo…
jueves, 7 de agosto de 2008
"REYITA", POR OLIVA ACOSTA Y ELENA ORTEGA
“Darle voz a Reyita es darse voz a sí misma, rescatando para sí la herencia de esa mujer imbatible en medio de la pobreza, que supo imponerse metas y alcanzarlas, sin abandonar ni sus sueños ni la solidaridad por los demás.”
Zaida Capote.
“Murió con una historia en los labios”. Esta frase me perseguía desde que empecé a interesarme por las vidas invisibles, aquellas que han vivido las mujeres, las protagonistas de la historia cotidiana. Desde muy pequeña, casi como si fuera sordomuda, escuchaba aquellas historias que podía leer en los labios de mis tías y de mis abuelas. Mi vida, de niña, transcurría en ese espacio, del comedor, al dormitorio, del lebrillo a la cocina. Allí, al calor de los fogones, hacíamos la tarea, jugábamos y hacíamos la vida. Esta escena se reproducía en cada una de las casas de mi geografía infantil, pero más especialmente en casa de mi abuela Oliva. Allí, junto a aquel puchero burbujeante con olor a hierbabuena, se cocían las historias. Así que, hace ahora dos años, en La Habana, cuando me senté por primera vez frente a Daisy Rubiera, la hija de Reyita, y con la poetisa Georgina Herrera, me sentí de nuevo en casa. Buscaba una historia para iniciar mi aventura como directora y allí me topé con la única posible. Una historia que muy pocas veces ha transcendido la intimidad de las paredes de las casas, una historia de mujeres. Reyita esperó al final de sus días para contar su vida, y eligió a su hija menor, Daisy, para acabarla relatando una historia. Georgina dice que hay que hablar menos y escuchar siempre a esas viejas de antes que velaban a los muertos en los velatorios, y allí, a pie de muerte, hablaban de la vida. “Reyita” es mi profundo homenaje a nuestras abuelas, tías y madres, a esas mujeres sabias, tantas veces invisibles, que son las que en realidad conocen y transmiten el justo punto de cocción que necesita la Historia.
Notas de las directoras: Elena Ortega.
Oliva volvió de un viaje a Cuba con el libro “Reyita, sencillamente”. Era el punto de partida para una realizar un documental que me propuso codirigir. Abrí sus páginas y encontré la vida de una “mujer común y corriente”, quizás demasiado para que pudiera interesarme en una primera lectura. Entre Reyita y yo, existía una brecha de dos generaciones: ¿cómo podía identificarme con una mujer que representaba el modelo del que todas queremos huir, el de una madre con sus silencios y renuncias? Tras varias lecturas, pude ver la otra cara del personaje: la de una mujer que supo rebelarse en una época en que se exigía la sujeción al deseo del otro. No siempre ganó, pero eso también hacia más atractivo el personaje. Con el libro escribimos un guión que, sin embargo, tuvimos que hacer trizas tras nuestro viaje de localización. Nos sorprendió constatar cómo los hijos de Reyita, ya mayores, apenas sabían de la vida de su madre hasta que se publicó el libro. Volvimos con un cúmulo de olvidos, contradicciones, algunos recuerdos vividos y otros leídos. Así, decidimos articular el documental como un relato coral, reunir la memoria oral de una familia para construir una biografía con estas pequeñas grietas. En una familia que apenas conservaba fotos, la palabra era la forma de perpetuar sus recuerdos y anécdotas. Más adelante pudimos rescatar material grabado en el que aparecía Reyita y, quizás sea ella a sus 95 años, la que brilla con más fuerza en el conjunto: quien recoge la esencia de lo que queríamos contar. Reyita nos hizo mirar a nuestras madres y abuelas con nuevos ojos y quisimos, de alguna forma, que ella apelara al conocimiento de quienes tenemos más cerca.
(Elena Ortega y Oliva Acosta, directoras de "Reyita")
lunes, 21 de julio de 2008
"MI MIRADA", por Inés París
(Jean-Luc Godard en “Diálogo entre Jean Luc Godard y Serge Daney” a propósito de Histories du Cinema)
Me llamo… no creo que eso importe. Nací en España en los años sesenta en una familia de la burguesía. Soy escritora y cineasta. Esto quiere decir que me gusta “relatar”, organizar las palabras, las imágenes, los sonidos… contar historias.
Mis relatos son únicos igual que lo soy yo y lo es todo ser humano. Nadie ha vivido exactamente lo que yo he vivido, o no lo ha sentido de la misma manera, no lo ha soñado igual, ni sufrido; igual que nadie tiene mis ojos, aunque haya miles de personas que también los tienen ovalados y castaños.
Entre las cosas que son únicas en mí hay, sin embargo, un poso común de determinantes que comparto con otros: la edad (nacer en la España del franquismo, hija de unos padres vivir la transición española, la movida, tener ahora más de cuarenta años) el origen social (unos padres intelectuales de izquierdas, “progres” y burgueses, pasar de un colegio católico a un instituto donde las drogas eran la optativa favorita de los estudiantes)
Y ser mujer.
¿Hasta qué punto esto determina mi mirada sobre la realidad, mi “relato”, mi construcción de un universo propio? Yo creo que muchísimo. He vivido en un mundo donde se educaba a las niñas para jugar con Nancys (las Barbies de mi infancia), donde se nos vestía de rosa cuando éramos bebés, leíamos revistas “femeninas”, nos identificábamos con “personajes femeninos” como las jovencitas de “Mujercitas” “Pollyana” (que contaba hasta diez antes de enfadarse) o Catwoman. Todo esto podía gustarte o fastidiarte profundamente, podías envidiar los madelman de tus hermanos o preferir a Batman como modelo, descubrías con el tiempo a mujeres como Patty Smith y o te rapabas el pelo al cero como Sinéad O´connor pero siempre desde una posición donde factores como tener la regla y saber que un día tendrías que decidir si tenías hijos o no, te marcaban la existencia.
Con el tiempo he descubierto que el hecho de ser mujer me ha marcado cada vez más, incluso en el hecho de tener que decidir comportarme y elegir una vida notablemente distinta de lo que los roles más tradicionales mandaban.
Con lo años tuve que decidir si tenía o no hijos y cuándo: esto supuso años de usar anticonceptivos y sufrir el hecho de que el aborto fuese un delito. Cuando me quedé embarazada supe lo que era alojar en tu cuerpo otra vida, lo que era dar a luz, amamantar y cuidar de un nuevo ser humano.
He tenido que negociar con mis parejas mi espacio de libertad, me he peleado porque la mayoría de los hombres no se ocupaban como yo de limpiar, de cuidar de los hijos y de hacer la compra. He tenido que robar horas al sueño para trabajar y ser madre, he pagado para que cuidasen de mi hija, he pedido a mis amigas que me viniesen a echar una mano, he rodado con la angustia de saber que mi hija tenía fiebre y yo no podía estar con ella.
He visto mi cuerpo transformarse. He tenido amigos, marido y amantes. Con todos ellos he tenido que descubrir y negociar qué era el amor, qué puesto ocupaba en mi vida, qué necesitaba o deseaba de ellos. He tenido que aprender a decir no a relaciones que me impedían ser yo misma. He pagado con soledad muchas de estas decisiones.
He tenido que mantener mis ideas y decisiones en un mundo profesional de hombres. Me han reprochado ser demasiado “femenina”, poco autoritaria, coqueta o débil. También de han acusado de “manipuladora” “histérica” o “sibilina”
Me he sentido distinta a ellos y unas veces admirada por eso mismo y otras tratada con paternalismo.
He visto como las serie y películas españolas no contaban nunca lo que a mi ni a mis amigas nos pasaba. O lo hacían incluyendo mensajes que eran llamamientos a la resignación, o que utilizaban lugares comunes donde las mujeres éramos seres “fragiles” “tristes” “incomprensibles” “misteriosos” pero casi siempre presentados en la dicotomía ángeles o putas
Pero las mujeres que yo conozco (empezando por mi misma) somos complejas, inclasificables y únicas. Mucho más valientes de lo que nos cuentan, con más capacidad para el cabreo, la venganza y la rabia de lo que nos han dicho, también para la alegría y el humor incluso en la situaciones más trágicas. Y hay algo que todas tenemos en común: nos cuesta muchísimo ser las autoras de este relato. Nos cuesta construir nuestra identidad propia y nos cuesta aún más hacerla pública, ponerla en imágenes, contársela a los demás.
Por eso hago cine y por eso estoy en CIMA, para que yo y todas contemos de primera mano esa cosa tan normal y tan extraordinaria que es SER MUJER y pertenecer a ese colectivo porque como dijo Clarice Lispector:
“La vida me ha hecho de vez en cuando pertenecer, como si lo hiciese para darme la medida de lo que pierdo cuando no pertenezco. Y entonces lo supe: pertenecer es vivir. Lo sentí con la sed de quien está en el desierto y bebe con ansia los últimos tragos de una cantimplora. Y después la sed vuelve y camina realmente por el desierto”
(“Aprendiendo a vivir y otras crónicas”)
Inés París
Presidenta de CIMA