sábado, 28 de marzo de 2009

LAS GALLEGAS SUBIMOS por Chelo Loureiro

La representación gráfica de un gallego subido a la mitad de una escalera sin saberse si sube o baja se ha convertido en un tópico. Pero como todo tópico, tiene algo de real. Y la realidad es que los gallegos raramente utilizamos el sí o el no, ya que por experiencia sabemos que nada es categórico.

Esta sabiduría antigua nos ha llevado a utilizar un sinfín de términos intermedios para definirnos: puede ser, tal vez, ya se verá, casi… que normalmente desconciertan al receptor si éste no es gallego, pero que nosotros sabemos traducir al instante. Porque solamente los no gallegos son los no se enteran si subimos o bajamos de esa famosa escalera.

A los naturales de Galicia nos basta una mirada de reojo para reconocer las intenciones del escalador, aunque comprendemos que la cosa no es fácil ya que por ejemplo podemos encontrarnos con una amiga que nos dice que está casi embarazada… y, a diferencia de la sorpresa que cause a cualquier oyente en su sano juicio -porque una puede ‘estar’ o ‘no estar’ embarazada, pero difícilmente ‘casi’- nosotras sabemos al instante si debemos darle la enhorabuena o, simplemente, decirle que hace muy bien en no complicarse la vida!

Está claro que la lengua es algo más que una herramienta para expresarnos, es un código que va más allá de unos vocablos y que tan solo podemos interpretar con toda la riqueza de matices los que gozamos de una misma cultura.

Es posible que si alguna de nuestras compañeras de CIMA de otras comunidades asistiese a nuestros primeros encuentros en Galicia, marchase pensando que pocas gallegas se apuntarían a esta asociación. Los temas que se ponían sobre la mesa, las preguntas sin respuesta, lo que costaba ir desde Vigo a una reunión en Coruña, … pero nosotras teníamos la convicción de que era necesaria esta movida. Tan clara como la capacidad de definir lo que queremos, aunque nuestros ‘síes’ o ‘nóes’ resulten ambiguos a nuestros interlocutores. Por eso somos ya 19 las que nos hemos subido a la escalera, y por eso nos hemos convertido ya, como antes lo han hecho las socias catalanas, en una Delegación. Y seguiremos subiendo por ella porque estamos seguras de que harán falta los peldaños para las que vayan llegando.

A pesar de la crisis, a pesar de que en Galicia las distancias dan pereza, a pesar de la multitud de tareas que a todas nos sobrepasan, a pesar de todo, somos conscientes de la importancia de esta asociación para que las profesionales del audiovisual lleguemos a tener la presencia que nos corresponde y, lo que es todavía más importante, para que las pantallas lleguen a exhibir nuestras miradas. Con la seguridad de que tod@s nos enriqueceremos.