miércoles, 30 de mayo de 2007

!MAS MADERA! por Virginia Yagüe


A mi el término culebrón siempre me ha gustado. Así que cuando, hace ya bastantes años, alguien me preguntó en qué trabajaba contesté sin dudar que en un culebrón. Resultado: di pie a todo tipo de comentarios sarcásticos en compañeros de profesión - ¿alguien conoce a algún guionista capaz de sacrificar una brillante ironía cuando le ponen delante el capote?. Ahora, después de llevar a mis espaldas más de mil capítulos entre todas las series en las que he participado e incluso haber escrito para cine, he aprendido a decir que habitualmente trabajo en formatos diarios.

El promedio de secuencias por semana en una telenovela oscila entre 60 y 90 y el número de capítulos por temporada suele estar entre 150 y 200, tirando por bajo. Una simple multiplicación da una idea aproximada del volumen de material que se genera y la cantidad de profesionales vinculados a él. En el primer estadio, tras los productores, nos encontramos los guionistas, con un coordinador que generalmente mueve un equipo de siete profesionales divididos y especializados en dos ámbitos básicos: argumentos y diálogos. Por supuesto, la grabación de capítulos se inicia casi en paralelo con la escritura de guiones, que para eso hay que rentabilizar el alquiler de los platós. Tan solo unas cuantas semanas de margen nos separan. Comienza la presión. Los directores tienen grabada a fuego la consigna de ir rápido, a ser posible a primera toma. No hay tiempo para dudar, repetir, perfeccionar o pulir. ¿Estáis locos? La maquinaria se ha puesto en marcha, el pan de casi 300 personas depende de ello. Cualquier incidente daría con todo al traste. ¿Nos vamos a parar porque tal o cual secuencia no cumple las expectativas dramáticas? ¡Pero si quedan 89 más! Que se ha grabado un inserto que revela una información clave para el desenlace que vendrá 30 capítulos más tarde. ¿Qué importa? Con un poco de suerte apabullaremos al espectador con cantidad de sucesos, olvidará la pifia y el desenlace seguirá teniendo el efecto sorpresa deseado. Y si no lo tiene, cargaremos sobre la lágrima para compensar. ¡Más madera!

Si ya es complicado asimilar el volumen de material que debe ser generado, con tiempos y presión añadida, pero es que además, por poner un ejemplo, de las 90 secuencias que forman una semana, 20 deben transcurrir en una zona determinada de plató, no puede haber más de 12 secuencias corales, entendiéndose como tal una secuencia que tenga más de 3 personajes con diálogo, prohibido terminantemente más de 15 exteriores, agrupados en cinco localizaciones como máximo. Por descontado hay personajes que no pueden tener más de 20 secuencias y, por supuesto, nada de pasarse con los figurantes. La figuración especial, con frase, está limitada, que se va de presupuesto. No más de 180 caracteres por personaje… ¡Ah! Y que no se te ocurra ponerte enfermo, ni a ti ni a ninguno de tus familiares directos, a ver si se va a desmontar el tinglado. Hay que seguir echando madera. ¡Esto es la guerra!

Los condicionantes y presiones sufridos a la hora de trabajar en un formato diario suponen un reto constante, incluso divertido, que te obliga a estar alerta, improvisar recursos y resolver situaciones. Una magnífica escuela a la que debo buena parte de mi solvencia profesional. Qué le vamos a hacer, me gusta subirme a la máquina y echar leña al fuego. Gajes de este oficio.
(Virginia Yagüe es guionista de la serie "Amar en tiempos revueltos" que se mantiene en antena en TVE desde hace dos añós con un promedio de dos millones de espectadores, en torno al 22%, y que ha ganado varios premios entre ellos el de mejor serie del Festival de Programas de T.V. de New York)

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