sábado, 15 de diciembre de 2007

MATAHARIS por Eva Lesmes

Tengo que confesar que siempre me han gustado las películas de Iciar Bollaín, desde “Hola estás sola” me han cautivado sus historias cercanas, su punto de vista crítico, su sentido del humor, su amor y su compasión por sus personajes (incluso el maltratador de “Te doy mis ojos” es un personaje dibujado con profundidad, es opresor pero es víctima a la vez de una educación y un entorno), pero hasta ahora ninguna de ellas me había emocionado tanto como Mataharis. Desde el primer plano de Najwa Nimri espiando en la calle con su bebe en brazos, la película me emocionó. Las tres historias me gustaron, de la de María Vázquez me tocó en su conflicto moral, esos que tenemos a menudo en nuestras vidas y que sin embargo pocas veces vemos reflejados en las pantallas, de la de Nuria Gónzalez, me gustó, sobre todo, que se desarrolle en silencio, en el espacio entre los pensamientos y la mirada, pero que nunca se verbalice lo que le ocurre. Pero sobre todo me enganchó la historia de Najwa con su coraje, su vulnerabilidad, su lucha por intentar combinar la vida en pareja, la maternidad y la profesión. Me tocó en lo más hondo, me sentí tan identificada que no solamente lloré durante la proyección sino que al salir no podía dejar de llorar. La película cruzó la sala de proyección para adentrase en mi mundo cotidiano y hacerme reflexionar sobre mi vida, mis luchas, mis conflictos, mis emociones.

Gracias Iciar, por ser tan valiente y no solamente luchar por todo lo que quieres, sino también ser capaz de comunicarlo y hacer que trascienda. Por hablar alto y claro, y hacer que se te escuche, poniendo sobre la mesa algunos de los conflictos más potentes que hoy en día vivimos las mujeres occidentales y que se ven completamente ignorados por un cine y una televisión a la que en general parecemos no interesarle.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo tenía el corazón en un puño porque no me gustase tanto como quería la película de Icia...
"Me siento mal" si no me gusta. Creo que ella inspira un cariño y una empatía en el espectador. Supongo que en primer lugar juega un papel importante el hecho de que sea actriz, de que haya trabajado con los más grandes y de que como directora haya dirigido a los buenos actores de hoy.
El segundo motivo podría ser su humildad, que es escasa en estos tiempos. Muy muy escasa.
Pero hay otro motivo que tiene mucho más mérito: que ha evolucionado. Pocos directores/-as lo hacen. Ella ha dado un giro que creo que le lleva a un punto de expectación (al menos mío y no me refiero a la presión social, sino a una intuición, algo inevitable) de que su próxima película va a ser un peliculón. Porque estoy de acuerdo con Eva en que ha tocado algo que estaba virgen y que, si no en el clavo, ha dado en la tuerca".